martes, 25 de enero de 2011

Ciaorbajosa


Pienso que la historia de Jorge en Madrid olía a gafada desde el principio.

Primero se lo pudo traer Scariolo, ex-técnico suyo en Vitoria, pero este prefirió al más barato y campeón de Euroliga Georgie Zidek. Soy de la opinión de que si el olfato de Scariolo fuese similar a sus habilidades como técnico estaría trufado a Euroligas y de primer técnico europeo jefe en la NBA.

Garbajosa se fue a Italia, a la Benetton Treviso de Piero Bucchi, donde primero fue suplente y luego titular y campeón de Lega con D'Antoni y... Ettore Messina. Allí no solo triunfó, si no que evolucionó hasta ser casi el paradigma del alero europeo inteligente, anatlético y tirador.

Después Boza se lo quiso traer al Madrid para hacer pareja con Felipe Reyes, pero el jugador optó por el Malaga de... Sergio Scariolo. El jugador se apuntaría la Copa de esa temporada, la Liga de la siguiente y acabaría desembarcando en la NBA donde jugaría, triunfaría e incluso playeroffearía, hasta que una lesión cercenó su movilidad dando más razón si cabe a los que siempre le llamaron "pies de plomo/tiratriples".

A partir de ahí, vuelta a Scariolo en el Khimki ruso y vuelta a Messina con el Real Madrid para acabar sumando hasta cuatro subcampeonatos: La Liga Rusa, la Eurocup, la Supercopa española y la Copa del Rey. Todo esto con un caché muy alto de partida en Rusia, que ha ido bajando temporada a temporada lo que -más allá de estadísticas y crisis- convendréis conmigo en que no supone una señal demasiado alentadora de la actividad de un jugador, verdad?

Sabemos que al final de la pasada campaña Messina perdió la confianza en él. Fijémonos en que de los 20'4 minutos promediados (promedio descendente) en la temporada regular pasó a 16 minutos en Play Off. Luego llegó el rumor de que el jugador aceptaba una rebaja salarial achacada a la reducción presupuestaria del club pero que a ojos vista del aficionado tenía casi pinta de acto de contrición por un juego que nunca ha resultado apetecible al madridismo pese a la fama de intangibilidad del de Torrejón, número 2 español en esa disciplina tras el gran Carlitos Jimenez.

La sensación final que queda es que más allá del rendimiento del jugador, que obviamente ya no es el que era, está la manía que le tenía el respetable merengue por haber rechazado al club cuando estaba lozano, la sensación de que ha venido "a llevárselo" cuando ya no lo estaba, y la tirria que se le ha cogido a raíz de cada paliza que les ha ido metiendo el Barcelona.

Una victima más de esa casa de locos llamada Real Madrid, aunque sospechamos que si no cae algún título va a ser la primera pero para nada la última.

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